Donde la espina clavó su punta
queda tatuada la rosa, -herida-,
brotando la gota de sangre
piel que no recupera y se consume en vida.Cuando la mente pierde la cordura,
la oscuridad penetra entre cuatro paredes frías,
franqueable muro, así son los días.
Con cadenas fustiga su tormento
el dolor la mata y yace sintiendo,
no merecer más suplicio
que le somete la daga de ese, su infierno.
Yayone Guereta.