A los días de invierno
les tengo hastío,
las tardes se hacen puro martirio.
Las noches de insomnio
pasean a su antojo,
y yo las miro de reojo,
marcando con mi dedo amenazante
que no haga una de las suyas
en esta noche entrante.
Los delirios aparecen
mas no me sale dañarles
son tercos e implacables
obstinados al detalle,
vuelta al piso voy por chocolate,
que dicen...
que es un sustituto,
a las noches indomables
o a otros pensamientos,
cuando se me cruzan los cables.
Y como no podré con esta fría velada imparable...
taparme hasta arriba para no congelarme.
Si no puedes contra el enemigo...
unirse sin reprocharle.
Yayone Guereta.