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2 de agosto de 2016

Algo legible.



Oteo una lluvia de versos que devoro con saña,
poemas que facilitan la fragilidad del alma,
contengo el aliento llevándolo hasta el extremo, 

hacia la cavidad de mis entrañas,

con el vigor de un ansia desmesurada,
entre mis táctiles embebo una copa de whisky seco
que en la boca me quema y en la garganta me abrasa,

recorre regando los adentros y a vivo fuego estalla,

calmando nostalgias, suspiros en la noche trémula
y en mis labios los deseos callan,
deseos escritos en hojas opacas 

en soledades desde unas sábanas mojadas

que quedarán tan sólo en eso, en añoranzas pulverizadas.

Termino de ojear los versos
como termino la amarga ambrosía que deja tal elixir de doble cara,
expectante en su principio
revelador de un anunciado final concluyendo las palabras.


(El deterioro de un día más sin poder crear algo legible...)


Yayone Guereta.





Foto Propia.

1 comentario:

  1. Anónimo9.10.17

    Hay tiempos increíblemente egoístas.

    Nos niegan todo aquello que anhelamos como si fuera un castigo.

    Y deambulamos por parajes secos e inhóspitos... sin saber cuándo llegará su final.

    Si fuera un juego... saldríamos de él y nada ocurriría, pero... es la realidad que se asienta duramente en el corazón.
    Luego... invita al alma, y esta sin desearlo en lo más mínimo... le hace compañía.

    Y son días grises.
    Días que con dificultad tienen un rayo de sol.

    Mas... un brote sobresalta e impresiona en medio de la insistente bruma.
    Es vida.
    Es pequeña y frágil.
    Pero... así todo comienza. En algún momento comienza.
    Y al alma puede traer ese sol que se esconde sin dar explicación.


    Saludos, Yayone.
    Es probable que carezca de significado este comentario.
    Y es, que... simplemente somos así. De difícil reír. De difícil alegrar.

    Pero, ojalá que estés bien.
    Que tus días sean formidables, y yo... no he dicho nada.

    Un abrazo .
    Que tengas un día gigante, grandioso.

    ***

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