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13 de mayo de 2018
Vino amargo.
Aquella noche azarosa dejó en los paladares
un sabor a vino amargo.
Dos cuerpos yaciendo entrelazados
"en rebosante sexo, salvaje y desmedido"
Henchida cae una lágrima de sudor hacia los labios
conjugándose entre los rostros.
(La mentira se apiadó de sus pieles
haciéndoles un guiño)
Aquella noche...
quedó poso de vacío en la memoria.
Yayone Guereta.
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"La mentira se apiadó de sus pieles..." Es como el resumen de un acontecimiento, tan dulce como amargo.
ResponderEliminarQué placer es leerte, mi querida poetisa.
Mil besitos de buenas noches ♥
El placer es tenerte siempre a ti aquí mi bella flor.
EliminarBesitos preciosa.
Y.G
A veces el sabor amargo de lo excelso, sublima el hecho de que suceda o exista, ese es el precio a pagar como recuerdo... que toda mentira lleva una verdad aparejada en el simple motivo de que sea y que el vacío en sí mismo y siendo poso no ha de ser sino memoria del evento...
ResponderEliminarHaga pues el lector de tu poema su poema
y suyo también su sentimiento
yo me lo guardo en el pecho como aquel
que alguna vez soñó
no quizás una mentira
pues el sueño fue algo cierto...
Simplemente maravilloso como todo lo que escribes!!!!!!
cuando se oculta no se dice o se miente todo cambia ya nada mas segura igual
ResponderEliminarLas palabras... y los sentires profundos de mi amiga Yayone.
ResponderEliminarGran abrazo poeta.