Del árbol caído yacen las hojas que dejó el otoño,
ramas que se secan, tiempo marchito.
Donde un día fueron belleza y lucían en el camino
lleno de rosas frescas de espacios infinitos
esperando la nueva primavera
una era en plenitud, otro sino.
Como agua de mayo -refrán bendito-
donde la naturaleza es sabia
como el destino está escrito.
Cualquier pasado no es presente
-más sí época, rezando al olvido-
verán estos ojos una nueva estación
que alimenten nuevos solsticios,
deseosos de admirar la hermosura
de flores llenas en los campos
que despierten los sentidos.
que despierten los sentidos.
Yayone Guereta.
Vendrán las estaciones y morirán en nuestros ojos, y seguiremos caminando hacia no sabemos qué.
ResponderEliminarBesos.
Esperemos que ese qué, nos brinde encuentros hermosos y perecederos.
EliminarBesos, Toro.