Retornas
con la mirada pérdida
implorando un perdón injustificado,
el demonio posado sobre tus hombros
y una invitación hacia tus abismos - en carta blanca-
implorando un perdón injustificado,
el demonio posado sobre tus hombros
y una invitación hacia tus abismos - en carta blanca-
Y yo no tengo las pasiones olvidadas,
en el reverso de mis manos cicatrices - que hablan-
el corazón manda,
en el reverso de mis manos cicatrices - que hablan-
el corazón manda,
un instante, un beso,
y tu lengua despiadada no es merecedora - es un invierno que acaba-
Conocí cuervos -salí de otros nidales-
ahora el mirlo blanco canta bajo su aurora de plata,
/ luz luminosa/
de lirios en flor y amapolas olorosas de piel cálida -belleza majestuosa-
con las que destruyen y ajustician -al volátil infectado de alma-
/ luz luminosa/
de lirios en flor y amapolas olorosas de piel cálida -belleza majestuosa-
con las que destruyen y ajustician -al volátil infectado de alma-
Retornas
como el ave herido en nostalgias
aferrándose a un sueño imposible -con un amor de novela barata-
en el envés de la oscura doble ala,
/la que oculta tras una zafia máscara/ se ausentó su sol.
como el ave herido en nostalgias
aferrándose a un sueño imposible -con un amor de novela barata-
en el envés de la oscura doble ala,
/la que oculta tras una zafia máscara/ se ausentó su sol.
Aquí, desnudo mis entretelas, -anunciando-
el preludio de una nueva primavera.
Yayone Guereta.
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