Nos cansamos de resbalar
entre cascaras de melocotones dulces.
De consumir los días por falta de oxigeno
que corre en nostalgias.
La ilusión de una quimera
que no se alcanza.
Y querer robar la semilla
que nunca trepará hasta el cielo
de nubes con forma y sabor a gominolas.
Que somos más que un sueño
queriendo ser vida,
rebelándose ante la naturaleza del universo?
Si en el dormitar se dibuja
el reflejo de la añoranza
y el ansiar que hace la lágrima
del deseo que enjuagará la boca.
Mojará la lluvia los cuerpos
una noche de verano,
donde tomarán a sorbos
el ungüento que les proclame vencedores.
Y el pecho les crujirá...
Yayone Guereta.
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