Sobre el pecho la daga clavada de su tormentosa oscuridad
donde escupe blasfemias,
inseguridad que solo un alma inmadura esputa con rabia,
donde ya expiraron en la piel que advirtió el lamento y la tragedia,
pues el cuero al que quería ultrajar en su infamia
forjó una coraza desde las esquinas mucho antes
haciéndose ésta fuerte previniendo una aventurada guerra.
Amar en la crudeza de una bestialidad hostil,
volátil en sus giros como un Boomerang, no era amar,
la noche opaca advirtió el chasquido frío y seco que inmortalizó los cuerpos
dejándolos vacíos en el espacio con las miradas perdidas al infinito.
Exterminado por la calidez de una caricia gimen los bordes
y en la abundancia del beso
tiembla la sensación desconocida que él, un ser mortal jamás tuvo,
sintiéndose atacado ofreciendo la parte más animal
donde muerde sus tiempos más convulsos
reclamando cada rincón del cuerpo.
El lecho una mazmorra vacía,
un vía crucis que cada noche le destroza y le devora,
el pánico ante la soledad se apodera de su fragilidad convirtiéndola en ira.
Yayone Guereta.
La ira es mala consejera.
ResponderEliminarMejor transformar la soledad en aceptación.
Besos.
Ciertamente, Toro, lo que hacemos la mayoría de los mortales...
ResponderEliminarBesos.
Qué triste ser este que describes, amiga mía, que no conoce en absoluto el amor y lo toma como una ofensa o agresión cuando se le ofrece, y que sin embargo se siente inmensamente desgraciado cuando no se le ofrece. Tendrá muchísimo pánico a la soledad, pero está inevitablemente condenado a ella siempre y cuando siga teniendo el mismo pánico al contacto humano. Y quizá no tendría ese pánico si tampoco se odiara, en el fondo, inconscientemente, a sí mismo tanto como odia al resto del mundo. Quizá sea digno de compasión, como puede digno de compasión un tigre hambriento, que sufre por falta de alimento. Pero, sin duda, a ninguno de los dos conviene darle la espalda.
ResponderEliminarTus versos, como siempre, son maravillosos, un perfecto equilibrio entre una belleza estética y de formas y un fondo siempre cargado de sentimiento, por lo cual leerte siempre es una delicia, mi querida amiga.
Muchos besos.
Y no se la daremos, por la cuenta que nos traería. Gracias por la pasión que sientes y comentas mis escritos, impulsas y elevas más las ganas de seguir creando, mi querido hermano de letras.
EliminarMiles de besos, Alfredo.
Crudeza en los versos que deja un sabor a vacío... En el alma.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu poema, mi querida amiga. Reparto de emociones muy bien dibujadas por tu pluma.
Mil besitos, preciosa poetisa.
Espero y deseo que también te guste su segunda parte, querida. Reinventarse tocando con la pluma de todo un poco para no oxidar la neurona :P
EliminarBesos todos y más, para la más bella flor de mi jardín.
Muy bueno Yayone. Espero atento y ansioso la segunda parte. Un gran abrazo...te admiro amiga!!!
ResponderEliminarCuando gustes, mi querido amigo, Luis, ésta publicada desde ayer.
EliminarUn fortísimo abrazo.